Creaste el infierno
donde en carne viva,
consumiera mi alma.
Creaste el edén,
con cercos de espinas,
cultivaste las rosas,
entre araucarias enormes,
inventaste la luna,
y techaste mi cielo,
inventaste un palacio,
de ventanas ausentes,
nubes rosa creaste,
y nubes negras bajaron,
pintaste silencios,
en entes errantes,
olvidaste tu risa,
en el viento silvestre,
y tu aroma en la brisa,
adherida a los cactus.
Para mi hiciste un sol
y no me diste la sombra.
Tanto inventaste,
buscando placeres,
que a mi ser invadieran.
y yo solo buscaba,
un pequeño rincón,
que tu sola presencia,
a mi ser complaciera.
Ross.d.d.
No hay comentarios:
Publicar un comentario