Te inventé en mi mundo,
¡y el amor brilló en mi alma!
y así te acuné en mi hoguera...
Pero hoy me lanzo al mar,
apagando la flama...
ansiando el placer de las aguas,
jugando en su playa,
caminando en su arena
y construyendo castillos,
esperando en las tardes las olas
que felices van a llegar.
¡Y así como un día te inventé, te destruyo,
y hecho añicos al fondo del mar te lanzo,
de las aguas, de donde nunca debiste salir!
Ross.d.d.
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