Me acerqué al océanos mas grande de los mundos,
para que de mis ojos brotaran manantiales,
y así calmar la pena que me ahogaba,
humedeciendo la sequía de mis afectos.
Mas del océano causal me respondieron,
esa humedad está vedada a los humanos,
pues es la sangre del dolor que ya extractada,
adquiere transparencia y es salada.
No busques aguas puras, imposibles,
que son para aquellas almas, ya benditas,
que penaron sus dolores por los siglos,
y que ahora disfrutan de las glorias.
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