Cálida emerge la noche,
sobre la ciudad reverenciada,
el aroma dulce de los mirtos,
me forza a recordarte.
Y la distancia antepuesta
de los medios,
buscando alejarme de ti...
me doy cuenta...
... No estás tras este cuadrante que me ciega,
ni la voz que pudiera traerme la distancia.
Estás en las paredes de mi mente,
en la habitación de mi alma.
en mi palpitante corazón,
y en las ansias que te exigen...
Amor lejano...
Cuando invisibles mis manos te acarician,
buscando la saciedad de mis anhelos.
Estás aquí...
En el éter que me envuelve,
en la brisa que exige tu aroma,
en el aire de vida que representas,
en esa esencia tuya...
Por la que vivo...
Por la que da placer vivir!!!
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